Después de mi pequeña pero intensa reunión con Baldomero Cuma, nos quedaba una visita pendiente en Guatemala, Tikal.
Tikal es el sitio excavado más grande del continente americano. Es la reserva cultural y natural más famosa de Guatemala. Tikal posee una cierta magia... Como todos los acertijos sin respuestas fascina a cualquiera y nosotros nos atrevemos a decir... Tikal es tan irresistible que una vez usted esté allí, ¡se encontrará a sí mismo queriendo quedarse un momento más!
Esta majestuosa joya arqueológica comprende 576 kilómetros cuadrados de selva alrededor del centro ceremonial. Le tomó a la Universidad de Pennsylvania 13 años en develar cerca de 16 kilómetros cuadrados de estructuras en Tikal. Sin embargo, mucho de Tikal aún no ha sido desenterrado.
Tikal permaneció como un misterio durante siglos, tras haber sido abandonado abruptamente por los Mayas hace más de 1000 años y recubierto por una selva implacable. Sólo una leyenda sobrevivía entre los indígenas sobre una ciudad perdida, en donde sus ancestros habían alcanzado un alto desarrollo cultural. En 1848 la leyenda se desvaneció, dando paso a una era de excitantes descubrimientos.
Se trató de un descubrimiento casual hecho por Ambrosio Tut, un “chiclero”. Él vio las cresterías de los templos en la distancia. Corrió a contarle a Modesto Méndez, el entonces Gobernador de la Provincia de Petén. Cuando llegaron al sitio los impresionantes templos, plazas abiertas y construcciones de varios niveles, en donde vivieron sacerdotes y reyes alguna vez, se encontraban frente al Gobernador Méndez y a Ambrosio Tut, quienes visitaron el sitio con un artista que grabó algunas de las esculturas de Tikal. Su descubrimiento fue publicado por la Academia de Ciencias de Berlín en 1853. Era sólo cuestión de unos años antes que los curiosos investigadores empezaran a viajar desde todos los confines del mundo para ver por sí mismos lo que ellos habían descubierto.
http://www.parque-tikal.com/
Salimos de Antigua hacia Ciudad de Guatemala y tomamos un Bus hacia Flores.Llegamos a eso de las seis de la mañana, y ya nos estaban esperando un sinfín de conductores ofreciéndonos sus servicios para ir a Tikal, recién despertados, y todos esos hombres bombardeándonos, no nos dejaban pensar con claridad, así que nos largamos de ahí para intentar tomar un poco de cafeína para enfrentarnos con más claridad a ellos.
Mientras tomábamos un café, vimos a un tipo con un mini bus y negociamos con él para que nos llevara y nos volviera a buscar en un par de días.
Tras unos 45 minutos desde Flores, llegamos al parque de Tikal, obtuvimos el ticket a partir de las tres de la tarde para no tener que pagar el día siguiente.
Entramos al parque y después de ser recibidos por gigantescos arboles,no tardamos mucho en quedarnos impresionados con las “ruinas” que la selva tuvo escondidas durante tanto tiempo.
Majestuosas pirámides escalonadas estaban repartidas por todo el parque, y como sabíamos que no tardaría mucho en caer la tarde, decidimos ir a toda prisa hacia la más alta.
La mayor parte de personas que acuden al parque, vienen con la intención de ver amanecer desde la torre más alta, y para ello tienen que entrar mucho antes de que abran el parque, y eso se hace sobornando a los guardias y contratando un guía. Todo un negocio que tienen montado en el mismo parque que, aunque los guardias te dicen al oído: “No se lo digas a nadie”, pienso que todo el mundo sabe lo que hacen por ahí dentro…
Ciertamente no nos pareció nada correcto así que: vimos y disfrutamos el ocaso sin coste añadido.
Al día siguiente como todos los visitantes que habían pernoctado estaban ocupados viendo el amanecer, pudimos entrar a la gran plaza y disfrutarla nosotros solos, eso si, después de que los monos tigres nos dieran paso.
Los monos tigres son unos monitos que parecen muy graciosillos pero que su aullido te pone la carne de gallina, menos mal que habíamos leído algo de ellos antes de ir que si no….
Después de patear durante varias horas estuvimos a punto de perdernos lo que seria una “coincidencia” más de las que nos vienen sucediendo en el viaje.
Por “Equivocación” cuando íbamos a salir del parque nos metimos por un camino que nos llevó a un lado del parque que estaba muy solitario y que teníamos que entrar por un túnel que los Mayas habían hecho en una de sus construcciones.
Al pasar al otro lado del túnel, miré hacia una de las murallas y había un hombre que nos señalaba hacia una dirección que poco después seguimos y nos llevó frente una pirámide todavía enterrada y que sólo dejaba ver una puerta de madera cerrada con una cadena y unos escalones.
Poco después apareció de nuevo este misterioso hombre y nos dijo:
-Aquí enterrado está todavía el mayor secreto que esconde Tikal.
-¿A sí?. Respondí, ¿Y que es?
-Todavía no tengo permiso para revelarlo, ni siquiera los arqueólogos lo han encontrado.
-¡Vaya!, Este está peor de la cabeza que yo, pensé.
-¿Quién es usted?. Le pregunté.
-Soy Salomón, vigilante de esta zona del parque y Sacerdote Maya, servidor de los dioses cósmicos y la Diosa Venus...
De pronto, mientras hablábamos con Salomón, sus rasgos empezaron a serme muy familiares, como si lo conociera de antes, como si su ADN y el mío tuvieran linajes comunes, mi sorpresa fue que cuando le iba a hacer el comentario de lo que estaba sintiendo, el me dijo que ya sabia lo que le iba a decir…
Al decirme que era un Sacerdote Maya , no perdí el tiempo en preguntarle a cerca del personaje que hacia días iba buscando y que no había forma de dar con el y para mi mayor sorpresa de todas….me dijo:
-¿Cuántos años crees que tengo?
-No lo se, ¿70? , Aunque algo en mi interior me decía que mucho más.
-Tengo 97 y fui el maestro de Cirilo Pérez.
¡No me lo podía creer!, pero pronto me dio datos muy concisos y me dijo:
-Cirilo se ha vendido al mundo por un montón de dinero para revelar a cerca de nuestra sabiduría, ha revelado cosas que no debía y lo ha hecho por dinero, eso no debería haberlo hecho, le dije que no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo, No se debe cobrar por eso, y menos las cantidades que él ha recibido.
¡¡¡Uf!!! No sabia que pensar acerca de lo que me estaba diciendo, ¿Se estaría tirando un farol?, Mi corazón me decía que no.
Empezó a compartir temas conmigo que me decían que no estaba faroleando, o por lo menos, que era un ser especial.
Después de charlar un rato con él, Saray se fue a descansar y yo pude meditar un rato en el lugar en el que había encontrado a Salomón. En la meditación pude confirmar que Tikal todavía tiene mucho que enseñar.
Cuando me dirigía de nuevo al hotel para encontrarme con Saray y volver hacia Flores, me lo volví a encontrar, hablamos un poco más y finalmente se despidió diciéndome:
-No olvides que de una forma o de otra, nos volveremos a ver…
Así que de momento, mi sed de charlar con los Mayas y compartir su cosmovisión y el afán de encontrar al cónsul, quedaron resueltos, ya que había encontrado, “por casualidad” a su Maestro.
Aqui os dejo el resto de fotos:
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domingo, 3 de enero de 2010
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