Era un autocar que nos vendieron como cama, con calefacción y todas las comodidades y no fue así. Nos tocó en la parte inferior del bus en la ultima fila, en la que habían cinco asientos. llegamos dos parejas y nos sentamos a los lados, es decir, el del medio quedó vacío y Yo con el sentido del humor que me caracteriza y sin animo de ofender a nadie le dije a Saray:
-¿Que apuestas a que ahora entra un armario ropero y se sienta en medio? ja ja ja..
Dicho y hecho, eso me pasa por bocazas!!!, El autocar empezo a tambalearse a cada paso que ella daba.
Disimuladamente baje los brazos del asiento para marcar las distancias, pero cuando la señora se fue a sentar, no cabía y tuve que volver a levantarlos, por cortesía...
Ya os podéis imaginar, por más que la mujer intentaba mantener los brazos sobre su gran estómago, cada vez que se dormía caían sobre mi a plomo y yo intentaba devolverlos a su posición original sin éxito alguno.
Así que logré medio dormirme usando el brazo de la señora para arroparme.
A eso de las cinco de la mañana llegamos a la terminal de Puno, al bajar del autobús recuperarme del esfuerzo por haber mantenido semejante brazo sobre mi y coger las mochilas sufrí un desencajamiento de mandíbula al ver la majestuosidad del lago Titicaca.
Por fin estábamos frente nuestro primer objetivo.
Una de las características que hay que resaltar de nuestra llegada a Puno es que por algún motivo, hay quien lo llamaría "Casualidad", coincidimos con una pareja de amigos. Ben y Angélica, ambos danzantes aztecas que yo conocía de la finca LLiuramae, anteriormente conocida como Torre Nanita. Por cierto aprovecho este blog para mandar un fuerte abrazo a todos los que allí viven y especialmente al jefe Miyo.
Nos alojamos en la Posada Luna Azul y aprovechamos para descansar y dormir un poco ya que Ben y Angélica llegaban por la tarde y yo tenia agujetas del peso soportado en el autocar.
Por fin nos reunimos con ellos y empezamos a "planear" nuestra visita por el Titicaca.
Al día siguiente estuvimos en el mercado de artesanía que hay cerca del puerto y nos hicimos con dos fabulosos Ponchos eso si, regateando todo lo que pudimos.
En el puerto hablamos directamente con un capitán de Barco para hacer la primera excursión típica del Titicaca:
Uros, Amantani y Taquile:
Realmente el objetivo de esa excursión era Amantani, una preciosa isla en la cual sus habitantes viven de forma casi indígena. Digo casi porque los más adinerados tienen hasta una televisión que hacen funcionar con batería....
Pero antes de llegar a Amantani se hace una pequeña paradita en las Islas de los Uros.
Los Uros son una tribu originalmente pescadores, actualmente viven del turismo, que se instalaron en unas islas que ellos mismos construían a base de Totora, una especie de caña que crece en el mismo lago y que caduca cada dos años aproximadamente, así que tienen que ir renovando las islas. Ciertamente es muy curioso de visitar, cuando llegas te explican la forma que tienen de construir la isla y después te invitan a que entres en sus casitas y como no, les compres algo.
Salimos de las isla rumbo hacia Amantani.
Hay una zona en el lago que llaman la parte pequeña del lago, y eso que la vista casi no te da para ver sus limites, se cruza a través de un estrecho que da paso a la zona grande, madre mía no os lo podéis imaginar....Creo que lo recordaré como el Mar Titicaca.
Llegamos a Amantani y un montón de mujeres nos esperaban para hospedarnos en sus casas, ya que en esta Isla no hay Hoteles ni Hostales, son las propias familias las que te ofrecen sus casas. También tengo que decir que ya las tienen medio preparadas para este tipo de eventos. Por ejemplo, la casa donde nosotros cuatro nos acogieron, en la parte superior tenían tres habitaciones con dos camas cada una y cada puerta con sus respectivas llaves, pero en fin, tiene su encanto.
Nuestra anfitriona se llamaba Irma y aunque la vimos poco rato, no puedo decir que tuvimos una estancia familiar, lo poco que estuvimos nos trató muy bien.
Justamente antes de ir a la isla vi en televisión que eran las fiestas de Amantani y que habrían bailes, música, fiesta, rituales etc... Y efectivamente, eran las fiestas, pero muy lejos de lo que anunciaban...
Todo el pueblo prácticamente estaba alrededor de la pista de futbol, una banda de música se pasó el día tocando, aunque sus fuerzas mermaban a medida que la cerveza iba haciendo su trabajo. Era un marco digno de ver: Las mujeres y niños por un lado, bebiendo cerveza, los hombres y chicos por otro lado, bebiendo cerveza y los "patriarcas" todos en fila sentados a modo de palco presidencial y como no, bebiendo cerveza.
Hay dos templos, el Templo de la Pachamama y la Pachatata, los templos no son para tirar cohetes, pero las vistas y las sensaciones, allí en lo más alto de la Isla son magníficas.
Al caer la noche es cuando notas la falta de electricidad en la isla, nos alumbrábamos con velas y con el fuego de la cocina, Pero la ausencia de electricidad permitía ver uno de los cielos más impresionantes que había visto hasta ese momento.
Al día siguiente antes del amanecer Ben y Yo subimos al templo de la Pachamama a ver el espectacular amanecer e hicimos una meditación Solar-Lunar.
Después desayunamos, y nos preparamos para partir hacia Taquile. Irma y las demás familias vinieron a despedir a sus respectivos inquilinos.
Llegamos a Taquile y ciertamente no puedo describir nada de la isla, ya que intuíamos que lo único que íbamos a hacer allí era ver puestecitos de venta de artículos regionales, y efectivamente, el resto de turistas que subieron a la isla nos lo confirmaron.
Así que nosotros decidimos quedarnos en el barco, a los pocos minutos de estar allí, recordé que me había propuesto no irme del lago sin haberme dado un buen baño, claro que el agua del Titicaca está congelada.
Pues bien, para no tener que tragarme mis palabras cuando dije: -¡Yo no me voy de aquí sin bañarme!.
Hicimos un fuego en la orilla y...Ben y Yo nos bañamos. Fue genial, frío pero genial. Una experiencia que se convirtió en la envidia de todos los demás.
Regresamos a Puno y empezamos a preparar la visita más esperada:
LA ISLA DEL SOL
La isla del Sol posiblemente es la más conocida de todo el Titicaca, junto la Isla de la luna.
Según cuenta la historia,de esta Isla salieron los primeros Incas.
Pero los que estamos intentando saber la historia desde otro punto de vista, sabemos a cerca de Toth "El Atlante" y su legado en las tablas Esmeralda.
Según la historia de Toth, Tras la caída del esplendor de Egipto, "voló" hacia la Isla del Sol en el Titicaca con unos cuantos de sus seguidores y se establecieron algún tiempo allí, dando el origen al imperio Inca. Pero eso toca para la parte mística del Blog.
La isla del Sol pertenece a la zona de Bolivia, así que cogimos un autobús y pasamos la frontera dirección a Copacabana. Allí abordamos un barco rumbo a la Isla.
Ciertamente la isla nos encantó, pero su gente, nos decepcionó, La isla está sucia, cobran dinero por todo, por ejemplo, para entrar al sur de la Isla, cobran, para andar por el centro, cobran y para entrar al norte, cobran y eso que nosotros lo hicimos todo andando por el interior de la isla.
Yo no digo que esté bien o mal hacerlo, Quizás el fallo lo tuvimos nosotros al pensar que podriamos estar a nuestras anchas por aquellas tierras. Entiendo que quieran vivir del turismoy ganarse la vida, pero para mi gusto, y fue un sentimiento compartido por todos, se pasa de castaño a oscuro.
Menos mal que tomamos la decisión de pasar la noche al aire libre, encontramos una especie de cueva en la que encendimos un fuego y pudimos pasar la noche bajo el manto de estrellas. Fue lo mejor de la visita a la Isla del Sol,pude subirme en medio de la noche a "Sentir" a lo alto de uno de los picos mas altos de la isla.
Al día siguiente, después de andar la isla de punta a punta, fuimos a visitar el templo del Sol, en una visita relámpago ya que teníamos que partir de la isla.
Cuando fuimos a embarcar, un tipo que había en el embarcadero y que teóricamente es el que controlaba los pasajes, nos dijo que nuestro barco ya había salido y que teníamos que volver a comprar los pasajes, y ciertamente casi consigue su propósito, compramos otros pasajes y nos embarcamos. En el barco nos dimos cuenta de un pequeño detalle: ¡El barco era el mismo que nos había traído! Así que la liamos....
No entraré en detalles de lo que ocurrió, pero finalmente nos devolvió el dinero y volvimos sin más problemas.
Personalmente, me llevé una gran decepción de todo la gestión humana que hay en todo esa zona ya que para mi es una clara profanación de una autentica tierra sagrada...pero no por ello deja de ser un lugar magnífico y lo recomiendo para su visita "Turística". Pero repito y quiero que quede bien claro que es un OPINIÓN.
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